El autoconsumo solar, o energía solar de autoconsumo, es hoy en día una realidad para muchas viviendas y edificios comunitarios en todo el mundo. Países como China, Estados Unidos, Japón y Alemania lideran en la actualidad la utilización de placas fotovoltaicas, teniendo la mayor capacidad para asimilar la energía solar que se produce. España es otro de los países que tienen mayor producción de megavatios, siendo el décimo país productor en todo el mundo, por debajo de Australia.
Ahora bien, exactamente en qué consiste el autoconsumo de energía solar. ¿Qué tipos de autoconsumo solar podemos encontrar? ¿Es rentable un sistema solar fotovoltaico para autoconsumo? En este artículo te explicamos todo lo que necesitas saber.
¿Qué es el autoconsumo solar?
El autoconsumo solar consiste en la producción de energía eléctrica propia para el abastecimiento de una vivienda o de cualquier otra instalación. Esta energía se obtiene mediante una instalación solar fotovoltaica y a través de los paneles solares que son los que llevan a cabo el efecto fotovoltaico para la trasformación de la radiación solar en energía eléctrica. Después, la corriente continua que se genera se transforma en corriente alterna al pasar por el inversor para poder ser utilizada en la instalación eléctrica de la vivienda —o industrias, oficinas, edificios públicos…—. La energía que se obtiene es generada a nivel privado, sin necesidad de hacer uso de la energía de las centrales —y la consecuente explotación de recursos no renovables, como el carbón o el petróleo—. En España instalar un sistema solar fotovoltaico para autoconsumo resulta muy rentable ya que contamos con 300 días de sol de los 365 días que tiene el año.
Tipos de sistemas solares fotovoltaicos para autoconsumo
El autoconsumo por excelencia es aquel que funciona conectado a la red, de esta forma —y en el caso de que la energía autoproducida no sea suficiente— se puede echar mano de la corriente de la red eléctrica general. Se trata de un modelo que permite ahorrar una importante suma en la factura de la luz mes tras mes, amortizando a los pocos años la inversión y comenzando a producir a coste cero. Ahora bien, la producción de energía solar de autoconsumo puede ser de varios tipos, dependiendo del tipo de instalación. En cualquier caso, debes tener en cuenta que el autoconsumo solar y los diferentes tipos de instalaciones fotovoltaicas pueden ser utilizadas tanto a nivel residencial, así como industrial, para caravanas, piscinas e incluso para sistemas de riego y bombeo de agua.
Autoconsumo solar con sistema conectado a la red
El sistema solar fotovoltaico de autoconsumo conectado a la red es aquel que consta de dos conexiones. Por un lado, a la conexión del sistema eléctrico privado y, por otro, a la red de distribución de la compañía eléctrica con la cual se tiene firmado un contrato. Este sistema de autoconsumo puede ser de dos tipos:
- Autoconsumo directo: En este caso se consume directamente la energía que produces y la que sobra se vierte directamente a la red. Por lo general, con este sistema se consigue ahorrar un 50% en la factura de la luz.
- Autoconsumo con baterías o con sistema de acumulación: En este caso el sistema es muy similar, aunque con la diferencia de que incluye baterías para la acumulación de la energía autoproducida que no se utiliza. Ello nos permite hacer uso de la energía en momentos posteriores, por ejemplo, por la noche. Este sistema de autoconsumo permite ahorrar hasta un 80% de la factura de la luz.
La producción de energía solar de autoconsumo conectada a la red ofrece, así mismo, la posibilidad de obtener una compensación por los excedentes que se vierten a la red eléctrica general —tal como refleja el Real Decreto 244/2019 en España—. Ello permite reducir la factura de la luz de manera mensual o vender directamente el excedente de energía en el mercado eléctrico.
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Ver tiendaAutoconsumo solar con sistema aislado
El sistema solar fotovoltaico, en este caso, no está conectado a la red. Ello implica la necesidad de hacer uso de baterías solares para poder acumular la energía que se genera a lo largo del día y aprovecharla en los momentos en los que no hay luz. Se trata de un sistema que requiere ser completamente autosuficientes para cubrir con la demanda energética y no depender en absoluto de la red eléctrica. La ventaja principal de este sistema es que no se debe pagar absolutamente nada por la factura de la luz, ahora bien, es necesario contar con las baterías —que suponen el mayor gasto de la instalación solar—. Una de las modalidades más comunes del sistema de producción de energía solar de autoconsumo aislado es el bombeo solar. Este nos permite bombear el agua para el riego en parajes aislados mediante la energía solar, aunque también en viviendas donde la red general no alcanza.
Autoconsumo solar compartido
Se trata de un nuevo modelo de autoconsumo destinado para comunidades de vecinos. Es decir, la instalación está conectada a varias viviendas o a una comunidad de vecinos específica. Cada vez son más frecuentes este tipo de instalaciones. Para ello, es necesario —en primer lugar— llevar a cabo un estudio de viabilidad de las viviendas que desean llevar a cabo la instalación. Así mismo, será necesario contar con un porcentaje de aprobación mínimo para poder proceder con dicha instalación en la azotea de un edificio comunitario —tal como marca el artículo 17.0 de la Ley de Propiedad Horizontal 49/1960—. Además, es necesario firmar un acuerdo con el fin de fijar los coeficientes de reparto y el consumo que tendrá cada hogar. Por lo general, el autoconsumo solar compartido suele ser destinado a las zonas comunes, como el ascensor, el alumbrado, los garajes y los motores de la piscina.
¿Es rentable llevar a cabo una instalación de energía solar de autoconsumo?
La respuesta es sí, aunque lo más recomendable es llevar a cabo un estudio de viabilidad en primer lugar, sobre todo, cuando se trata de instalaciones solares compartidas. Al calcular la rentabilidad de una instalación solar de autoconsumo lo primero que hay que mirar es el retorno de inversión —o periodo en el cual amortizaremos la inversión inicial mediante el ahorro en las facturas de la luz—. Por lo general este suele tener una duración de 7 a 9 años, aunque varía dependiendo del consumo que hagamos de la energía cada mes. Una vez superado retorno de inversión el gasto de producción pasará a ser de 0 euros. Debes tener en cuenta, así mismo, que el ahorro en la factura de la luz será durante los primeros 25 años de un 60% a un 80%, dependiendo del tipo de instalación.