La energía solar, o energía solar fotovoltaica, es un tipo de energía limpia y renovable. Además, esta proviene de una fuente de energía inagotable: el sol. La energía solar es la energía más barata de producir, tal como refleja el último estudio de la Agencia Internacional de la Energía (AIE, en sus siglas en inglés). Y es que su coste principal proviene básicamente de la inversión que se lleva a cabo en el momento de la instalación, ahora bien, la amortización se lleva a cabo a los pocos años —empezando a producir desde ese momento energía a coste cero—. La energía solar tiene varios usos gracias a su función principal que consiste en convertir la energía solar en electricidad mediante el efecto fotovoltaico, aunque esta también puede cumplir con la función principal de producir calor —como veremos más abajo—.
En este artículo te explicamos cuáles son, pero primero analizamos de qué está compuesta la energía solar y cómo funciona la energía solar. ¡Sigue leyendo este artículo para conocer más sobre una de las principales fuentes de energías renovables!
De qué está compuesta la energía solar
La energía solar está compuesta de fotones. Los fotones son partículas de energía luminosa o de otra energía electromecánica. En el caso de la energía de la luz, por ejemplo, esta se transmite por medio de los fotones en forma de onda electromagnética. Los fotones son las partículas portadoras de la luz visible, la luz ultravioleta, la infrarroja, los rayos X, los rayos gamma y otras formas de radiación electromagnética, es decir, de todas las formas de radiación que existen. Cuando los fotones golpean contra las placas solares estos liberan algunos de los electrones de los cuales se componen sus átomos, es de esta forma que —dependiendo de las placas o colectores— comienza a generarse corriente eléctrica o a generarse vapor mediante el calentamiento del líquido transmisor de calor.
Cómo funciona la energía solar
Para entender cómo funciona la energía solar es importante entender que existen dos tipos, la energía solar fotovoltaica y la energía solar térmica. En el primero de los casos (la instalación solar fotovoltaica) la energía que se genera es la electricidad. Esto se consigue gracias al efecto fotovoltaico que tiene lugar en las placas solares de la instalación. Lo que hacen las celdas de los paneles solares es aprovechar sus propiedades para transformar los fotones del sol creando un flujo de energía en el interior del circuito —o corriente continua—. El resto de componentes de la instalación, como son los inversores y los reguladores de carga —en el caso de las instalaciones aisladas que emplean baterías para almacenar la energía—, hacen que la corriente continua se transforme en corriente alterna, la cual puede ser aprovechada por los principales electrodomésticos y elementos eléctricos de una vivienda, fábrica, oficina…
En el caso de la energía solar térmica, el funcionamiento es diferente. Los colectores —o placas solares— aprovechan la radiación solar para generar calor. Estos recogen y concentran la luz solar para producir elevadas temperaturas, gracias a lo cual se consigue agua caliente sanitaria o una instalación de calefacción mucho más ecológica mediante radiaciones. Las instalaciones de energía solar térmica pueden variar en función de la temperatura que proporcionan. Es decir, si es baja —genera temperatura por debajo de los 65º C—, si es media —la temperatura está entre los 100 y los 300º C— o si es alta —esta puede superar los 500º C—. Para generar la energía solar térmica es necesario utilizar captadores solares, acumuladores, intercambiadores de calor, bombas de circulación y vasos de expansión.
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Ver tiendaPara qué sirve la energía solar fotovoltaica
Hemos visto cómo funciona la energía solar, veamos ahora para qué sirve —o cuáles son sus usos—. Y es que esta energía tiene infinidad de usos y posibilidades. La más común, a nivel particular, es para generar la electricidad en nuestra vivienda, fábrica, oficina o negocio. Es decir, para el autoconsumo. La energía solar en este caso nos permitirá abastecernos de electricidad de manera que el consumo mensual en la factura de la luz disminuya de manera considerable. Así mismo, la energía solar fotovoltaica puede ser utilizada en instalaciones aisladas —como una casa de campo en la cual no llega la red eléctrica—. En este caso, la energía que se genera se almacena en baterías para que pueda ser utilizada en los momentos en los que no hay luz. Ya sea por la noche o cuando el clima no acompaña.
Ahora bien, la energía renovable solar puede ser utilizada en otros muchos casos. Por ejemplo, en plantas solares —o centrales fotovoltaicas—. Estas cuentan con grandes porciones de terreno con paneles solares utilizados para generar energía y trasformar la corriente continua en corriente alterna y de ahí a la red de distribución eléctrica —aprovechada por los clientes—. La energía renovable solar es utilizada para la iluminación de la vivienda y para los electrodomésticos, pero también para la bomba de la piscina —con paneles solares exclusivos para ellos—. Esta puede ser empleada, así mismo, para el sistema eléctrico de las caravanas e, incluso, para crear instalaciones de bombeo de agua solar directo. Estas últimas aprovechan los paneles solares fotovoltaicos para generar la energía que se utiliza para bombear el agua hacia un depósito o una balsa que posteriormente será utilizado para el riego —independientemente de que sea directo o por goteo—. En resumen, estas son los usos de la energía solar utilizada para generar electricidad:
- Para el autoconsumo.
- Bomba depuradora de la piscina.
- Para caravanas.
- Para instalaciones de bombeo de agua solar directo.
- Para centrales eléctricas.
Para qué sirve la energía solar térmica
En el caso de la energía solar térmica, su función principal es la de climatizar la vivienda mediante los radiadores, calentadores o calefactores. La climatización, en este caso, resulta mucho más económica que mediante la electricidad. Otro de sus usos principales es para generar agua caliente sanitaria —la cual será utiliza para los baños y duchas—. Ahora bien, dependiendo del sistema empleado y de la cantidad de calor que genere, la energía solar térmica puede ser utilizada también para otros usos, como la generación de electricidad mediante el vapor. En este último caso el vapor generado se convierte en energía mecánica —o cinética— y mediante una turbina se alimenta el generador que produce electricidad. Estos son los principales usos:
- Para la calefacción del hogar.
- Para el agua caliente sanitaria.
- Para generar electricidad.